Isabel Mariadolores

Esperaba el comienzo de siglo pensando qué acontecimientos iban a ocurrir en el mundo, lo que no sabía es que el principal cambio iba a suceder en mi vida.

El 31 de Diciembre de 1999 amanecí indispuesta: gases, dolor abdominal y una terrible diarrea; así estuve una larga temporada, sin saber que comer ni que hacer, hasta que por fin le pusieron nombre a la enfermedad: Enfermedad de Crohn. Me pusieron tratamiento. No mejoraba. Me lo cambiaron varias veces sin resultado alguno; según me comentaban los médicos tenia crisis continuas, una detrás de otra. Sentía que no tenia vida, solo salía para ir a la consulta médica, farmacia y casa. Tenía 38 años y me sentía como si tuviera 80. Me preguntaba ¿Cuánto tiempo iba a vivir así?. La respuesta me llego a los 7 años de la enfermedad. Perdí mucho peso y empeore. Los médicos tomaron la decisión de operarme. Me explicaron cómo iba a ser la operación y el trabajo que iban a hacer, era la única solución que se encontró. Ahí estaba muerta de miedo pero a la vez con mucha esperanza, solo quería vivir, ver crecer a mis hijos, estar con mi marido y con las personas que amo, no me importaba lo que me hicieran, como si me ponían la cabeza del revés, deseaba encontrarme bien y poder llevar una vida normal, poder salir a pasear con mi familia, ir al cine, hacer las cosas cotidianas que tanto añoraba.

Llego el día de la operación, me sentía nerviosa, no pude dormir esa noche, la decisión estaba tomada y había que afrontarla, según me explicaron los cirujanos la operación fue larga y complicada, pero con las buenas manos de mis cirujanos/as y su esmero todo salió bien. Me cortaron parte del intestino grueso y me hicieron un estoma. En esos momentos no era consciente de lo que ello significaba. Poco a poco me fui recuperando y adaptándome a mi nueva situación. No estaba dispuesta a quedarme en un rincón llorando por llevar un estoma. Tenía que afrontarlo y enseñarme a cuidarlo, de eso se encargaron mis buenas amigas, las sanitarias de ostomias, ellas me dieron mucho cariño y apoyo ,me enseñaron a mimar mi estoma, a cuidar la piel y a ponerme los dispositivos y siempre que tenia una duda estaban allí para ayudarme.

Fue una etapa muy dura en mi vida. Me replantee todo lo que había hecho y lo que me quedaba por hacer cuando estuviera recuperada, me prometí hacer el camino de Santiago y correr una media maratón (21, 097 km) y cumplí mis dos promesas. Hice el camino desde León a Santiago, fueron 300 km y una experiencia inolvidable y también corrí la media Marathón de Albacete. Tuve que prepararme y entrenar. Lo hice con ayuda de mi marido que en todo momento me apoyo y estuvo a mi lado. Estas dos experiencias me ayudaron a darme cuenta que podía llevar una vida normal. La vida me ha dado una segunda oportunidad, y quiero disfrutarla también aprendí que los limites me los pongo yo y que no tengo que avergonzarme por llevar un estoma. Gracias a mi linda florecilla (como le digo a mi estoma)  estoy en el mundo.

Me siento muy agradecida a médicos y sanitarios que me atendieron, por su cariño y ánimo, y sobre todo porque gracias a ellos tengo una segunda oportunidad.

                                                     GRACIAS

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